domingo, 9 de noviembre de 2008

Desvaríos


No os escandalicéis, no me miréis raro. Pestañead, como pestañea normalmente la gente, como pestañea el mundo, día y noche en una décima de segundo. Hoy he visto a la muerte en cada uno de nosotros. Somos pequeños sacos de órganos cubiertos de piel muerta. Esto no lo digo yo, lo dicen los señores de bata, con sus serruchos y sus pinchos esterilizados, mientras lanzan desgarrados miembros por la ventana como pájaros desorientados.
Sin embargo, no es tétrico. Esa visión me ha parecido maravillosa, reveladora. La muerte se presenta en cada chasquido, todo degenera, pero en cada paso algo nuevo nace. Equilibrio. Equilibrio que todos necesitamos de vez en cuando. La fugacidad de la vida, la evolución del universo. Entropía. Visionando la muerte somos más conscientes de la vida. Es el satori, el escalofrío, la iluminación que recorría al samurai cuando ya no tenía nada que perder, inundándose de vida.
Veo los anuncios de cremas rejuvenecedoras, y sólo veo apego, apego a una belleza destinada a morir. Todos tendremos arrugas, nuestra piel colgará flácida. Aceptadlo. Sin embargo lo fugaz es más bello que lo eterno, precisamente por lo breve que es, gana por intenso.
Pero no queremos eso, queremos que lo bueno dure para siempre, pobres ilusos. Nos aferramos al tronco de la orilla en vez de aceptar nuestro destino y lanzarnos a la corriente. Cada instante nos baña un río nuevo, nuevas experiencias, que dejamos pasar por extrañas. No, no, no. Nos engañamos. Somos felices así, el cambio asusta.
Hoy me he empezado a soltar, quiero acompañar a los nuevos brotes de los árboles en su viajar hacia el otoño. Ese otoño que ya llevan impresos en sus jóvenes células, ese amarillo, marrón, esa putrefacción que los llevará de nuevo a la tierra, de donde salieron. Es el ciclo, es la rueda del karma, que no deja de girar, esa fuerza que impulsa el fluir del espacio-tiempo. Ese es el ciclo, y yo, como todos estoy dentro, girando, dando vueltas por recorridos distintos a cada vez. Es hora de estirar las piernas un poco ¿Os unís?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hasta el fin del mundo, cielo

Faeriel dijo...

y más allá ;)

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